La primera noche en la que Helena decidió pisar la cocina, se quedó grabada en la memoria de todos los que frecuentaban la casa Martínez de Balboa.
La señora Carmen siempre tenía a gente invitada. Los fines de semana eran de fiesta y de lunes a jueves organizaba almuerzos para consolidar relaciones.
Pero su hija Helena no era así, a ella le aturdían los eventos de su mamá y rodearse de un ambiente tan diplomático había terminado por construirle una personalidad bohemia y un tanto indiferente. En búsqueda de un escape ante las agudas voces de desconocidos que turbaban su paz, decidió acudir al ajeno mundo de la cocina. Helena no había sido dotada con habilidades culinarias al nacer, pero encontró en ese espacio el silencio y la intimidad que estaba buscando. Entonces sacó las ollas elegantes de su mamá y comenzó a experimentar con ingredientes exóticos.
Esa noche los aromas orientales inundaron la casa Martínez de Balboa. La señora Carmen entró a la cocina para descubrir un plato diferente, que no iba con la clásica cocina tapatía que solían preparar. Los invitados quedaron deleitados y, de ahí en adelante, Helena sería la encargada de servir cada evento que hicieran en casa. Así, la señora Carmen lograba sentirse la mejor anfitriona y Helena tenía la excusa perfecta para ausentarse —sigilosamente— en su silencioso y pacífico refugio culinario.
Albóndigas orientales
Plato: Americana, Aves, China, Invierno, Oriental, Otoño, Thai6
6 porcionesIngredientes
- Para las albóndigas
800 g. Pollo molido
2 Cdas. Salsa de soya
1 Taza (100 g.) Cebolla – picada en cubos muy pequeños.
3 Dientes de ajo – picados finamente.
Un huevo
Una cucharada de tallo de cebolla cambray o cebollín – picado finamente.
Una taza de pan molido – yo como no tenía usé Corn Flakes molidos.
Sal y pimienta
- Para la salsa
20 g. Jengibre fresco – pelado con una cuchara y rallado.
3 Dientes de ajo – rallados.
Peperoncino – según el nivel de picor deseado.
1/2 taza Salsa de soya
1/3 taza Vinagre de arroz
1/2 taza Jugo de naranja
3 Cdas. Aceite de ajonjolí
3 Cdas. Azúcar morena
3 Cditas. Maizena
- Para servir
Semillas de ajonjolí/ sésamo – tostadas.
Tallo de cebolla cambray
Cilantro
Procedimiento
- PARA LAS ALBÓNDIGAS:
Mezcla todos los ingredientes para las albóndigas en un bowl menos el pan molido. Este agrégalo de último, pues tal vez no necesites ponerle la taza entera (lo que quieres es que la mezcla tenga estructura suficiente para hacer bolitas, pero si te pasas de pan molido las albóndigas pueden quedarte un poco duras). Agrega suficiente sal y mezcla muy bien con una espátula o con tus manos.
Forma bolitas y colócalas en un plato. Ahora calienta un sartén (de preferencia antiadherente) y agrega un poco de aceite vegetal. Sella las albóndigas hasta que se hayan dorado bien por todos lados. Es importante que lo hagas en partes, no satures demasiado el sartén.
Retira conforme vayan estando listas y colócalas en un plato aparte.
PARA LA SALSA
En el mismo sartén en el que hiciste las albóndigas, agrega un poco de aceite vegetal, el jengibre y el ajo rallados. Agrega el peperoncino y revuelve. Cuando comiences a percibir el aroma, agrega la salsa de soya, el vinagre de arroz y el jugo de naranja. Revuelve muy bien y agrega azúcar morena y aceite de ajonjolí. Todo a fuego lento.
En un bowl muy pequeño, coloca la maizena y agrega un chorrito de la mezcla que tienes en el sartén. Revuelve muy bien con ayuda de un tenedor hasta que la maizena se disuelva y no haya ningún grumo. Incorpora esta mezcla al sartén y revuelve. Rectifica sazón.
Ahora agrega las albóndigas que doraste a la salsa y tapa la olla, revolviendo de vez en cuando (con cuidado para que no se rompan). Lo que quieres es que la salsa termine de espesar y las albóndigas se terminen de cocinar en la misma salsa, unos 15 minutos.
Por último agrega abundante ajonjolí tostado, tallo de cebollas cambray y hojas de cilantro. ¡Disfruta en el centro de tu mesa!
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